VIAJE A EUROPA (Semana Nº1)



El primer día
  
Al llegar al aeropuerto de Frankfurt, y luego del agradable interrogatorio policial que duró cerca de 2 horas, me recibió Bekki, e inmediatamente tomamos el metro que nos llevaría hasta el hostal A&O Frankfurt. Ese olor de orina seca en la pared del metro en Frankfurt me hizo recordar mi infancia y mi casa. Después de 20 minutos de viaje, ya estábamos en el hostal  que costaba 27 euros el día. La pieza era pequeña pero muy cómoda. Tenía un baño el cual lo utilicé de inmediato para poder orinar y bañarme, ya que después de 26 horas de viaje mi entrepierna y mi cuerpo lo necesitaban.

Luego del baño, pensamos en ir al centro de Frankfurt para comer y tomar algo, pero  estaba un poco lejos y ya eran las 11 de la noche, por lo que decidimos ir a algún lugar cerca del hostal. A unos pocos metros encontramos un local turco, donde vendían comida rápida. Yo opté por una pizza (5 euros) y Bekki una especie de comida oriental (7 euros). Muy rico todo, pero aún  teníamos ganas de tomar alcohol. Por suerte a poca distancia del local de comida vimos algo que tenia apariencia de ser un pub Turco, asi que fuimos. Era un local relativamente pequeño, adornado al estilo turco, con luz tenue, con humo en el aire y un escenario donde un hombre estaba cantando algo  así como: “ Aaahhiiiiishiiiilaaaaaa…majameelaaaa…enfiiiiiaaaaa…”. Tomamos cerveza (3 euros c/u),  fumamos Shisha (8 euros) y escuchamos  música turca en un ambiente realmente muy intimo,  que te invitaba al relajo. 

Al día siguiente, temprano en la mañana, fuimos a la estación principal de Frankfurt para tomar el tren que nos llevaría a Rostock. Como buen chileno de malos hábitos, sugerí subir al tren sin comprar ticket, pero Bekki me explicó que si nos controlaban y no teníamos ticket, deberíamos cancelarlo en el mismo instante, más una multa de 40 euros. Con esa información tuve que resignarme a  comprar el ticket. Éste costó 44 euros para dos personas. Con el ticket en la mano, corrimos al tren que ya estaba partiendo. Después de correr unos 200 metros,  logramos subirnos al tren todos sudorosos y agitados. Grande fue nuestra sorpresa al  leer el ticket que habíamos comprado, cuando nos dimos cuenta que  indicaba otro tren, un tren que partía 2 horas después!!!. Nos logramos bajar del tren pocos segundos antes de que partiera y nos fuimos a tomar desayuno.  Hicimos hora y finalmente logramos subirnos a nuestro tren dejando atrás  la ciudad de Frankfurt. Como compramos el ticket económico, debimos cambiar de tren en algunas estaciones. El viaje duró cerca de 11 horas, cruzamos prácticamente todo el país de sur a norte,  lo que me ayudó a conocer un poquito más del paisaje de Alemania. Mucho campo, muchos pequeños pueblitos, algunos castillos, muchos generadores eólicos, muchos paneles solares  y  mucho frío.

Al fin llegamos a Rostock, una de las ciudades más grandes del norte de Alemania, que se caracteriza principalmente por ser una ciudad de universitarios, con un gran puerto, playas, linda arquitectura  y mucha buena cerveza!! Ohhh Yeah!!!


Corriendo detrás del Tren

Pub Alemán y Taka Taka

Junto con Bekki, la hermana de Bekki (Janka) y su esposo (Tobi) –ambos muy simpáticos, a los cuales había conocido el día anterior cuando fui a su departamento a buscar la bicicleta que me prestarían para movilizarme en la ciudad; la pequeña y roja “Spikeybikey” - fuimos a un pub universitario llamado “Pleitegeier”. Lo primero que me llamó la atención al entrar  es que la música era casi inexistente, acostumbrado a que los pub´s en Arica la música te revente los tímpanos, me costó un poco hacerme la idea de  no gritar mientras hablaba con mis acompañantes.

El lugar tenía el típico aspecto que se proyecta en la cabeza cuando alguien dice“Pub Alemán”. Todo de madera, gente media borracha tomando y hablando fuertemente raro, en fin, era un pub alemán…un verdadero pub alemán!!!

Disfrutamos de unas buenas cervezas (2,8 euros c/u) y jugamos Taka Taka!!!. Acá la gente le dice “Tischkicker”  y la ficha cuesta 50 centavos con derecho a 10 pelotas.

Después de un par de horas de disfrutar ya se hizo tarde, tomamos nuestras bicicletas y nos regresamos al departamento. Era hora de descansar.

Yo y Spikeybikey

Disco “LT“

La primera disco a la cual fui tenía como nombre “LT” (Landtechnik), y la entrada costó 4 euros. Era un día jueves de mucho frio y junto con Bekki habíamos hecho una previa en un Pub llamado “The Pirat”. Después de un par de cervezas, a eso de   las 1:00 am decidimos ir a la disco, siempre acompañado de nuestras bicicletas. Al llegar tuvimos que mostrar nuestras células de identidad y pagar la entrada.  Dejamos nuestra ropa de invierno en un lugar especial ubicado cerca del acceso  y luego de caminar 16 pasos, ya estábamos en   la pista de baile.

Las mujeres, en general rubias, vestían ropas muy ajustadas y de colores. Otras vestían normal y sencillas, mientras que algunas parecían   realmente prostitutas nórdicas con hipotermia, por su forma de bailar y la gran cantidad de maquillajes que llevaban.

Los hombres en general,  vestían ropa “normal” y bailaban alegremente con sus amigos al estilo “electrónico”. Por lo que pude ver, acá en Alemania es normal que hombres heterosexuales bailen entre sí, crucen miradas, salten, se toquen, se abracen con ternura y aún así, sigan siendo (para la vista de las mujeres alemanas) hombres heterosexuales.

En Chile, existe un poco de  prejuicio con respecto a este tema. Un hombre que tiene un par de relaciones sexuales con otros hombres, ya es visto como un homosexual. Parece que acá en Alemania la cosa es distinta, por ejemplo; es catalogado como gay un hombre que baila moviendo sus caderas ardientemente al estilo latino. Mientras que, con respecto a las mujeres,  en Alemania son catalogadas como “perras fáciles” aquellas que bailan con un hombre sensualmente cerca, rosando su trasero con la entrepierna del acompañante (al estilo “perreo latino”).En fin, Alemania y Chile dos países con culturas muy diferentes.

Volviendo a la disco; después de tomar muchos tragos   y mientras bailaba al estilo latino (en ese momento tocaban “danza kuduro”) pude notar a través de unas caras de conmoción de “ellas” y de desaprobación de “ellos”, que quizás mis movimientos eran un poco agresivo para la gente presente. Así que decidí moderar mi baile, muy al estilo “perreo chacalonero poblacional ardiente”. Pocos minutos después, nos dimos cuenta que ya era hora de irse a dormir, eran las 5am y estábamos ebrios.


Warnemünde

Este lugar es uno de los más representativos de la ciudad. Es una especie de pequeño puerto turístico, bañado por las aguas del Mar Báltico y adornado por pintorescas embarcaciones que en periodo estival ofrecen atractivos viajes por la costa de la ciudad.

Llegamos a las 2:03 pm, después de tomar  el tranvía desde la parte céntrica de Rostock (ticket tranvía: 1,8 euros). Recorrimos todo el puerto, el cual es rodeado por pequeñas tiendas y restaurantes, hasta llegar a la costa  donde se encuentran dos “artísticos” faros. El viento y frío que hacía en ese instante era capaz de congelar tanto mi cara  como mis testículos.

Luego de recorrer y admirar la belleza natural de todo el lugar, decidimos ir por un vino caliente, y una sopa. Entramos a un local, el cual se veía un tanto fino, de esos donde la gente usa servilletas  y cubiertos para comer. Nos sentamos y una niña muy simpática, que poseía un tic nervioso en su ojo derecho y vestía formalmente de “mesera” tomó nuestro pedido; “sopa de pescado y un vino caliente, por favor”-exclamó Bekki en su perfecto alemán- yo por mi parte pedí lo mismo, utilizando el lenguaje de señas y emitiendo raros sonidos con mi boca.

Acostumbrado a los caldos de pescado hechos en casa por mi madre, me sentí muy sorprendido y alegre al ver una sopa de pescado sin la cabeza del pez flotando en el caldo. Por otro lado, el vino caliente tenía un gusto a madera, un  tanto  dulce y con cuerpo. Definitivamente valió la pena los 2 euros pagados por el vino y los 4 euros pagados por la sopa.




Mensa

“Mensa” en Chile, es una de las formas para  decirle a una mujer que es tonta o torpe, acá en Alemania, sin embargo, es un comedor amplio donde los universitarios van a almorzar y a cenar. No tiene mucha diferencia físicamente a los “casinos universitarios” de Chile, pero donde si hay mucha diferencia es en la calidad de la comida que ahí se puede ingerir.-En general, la comida alemana es muy rica. Mucha buena carne acompañado de jamón y queso, bañado a menudo con alguna deliciosa salsa. Sus ensaladas bien aliñadas con sabores frescos, hacen olvidar la típica y a veces desabrida ensalada chilena.-

La primera vez que fui a almorzar a ese lugar acompañado de Bekki, pedimos arroz, con una especie de hamburguesa de pollo y una “carbonada” que en realidad era una exquisita sopa con papas cortadas en cuadros, muchas verduras y trozos de carne.

Mi plato costó 3 euros, ya que no era universitario, pero Bekki debido a su calidad de estudiante solo pagó 2 euros, si…2 euros!!! Por esa contundente y rica comida. Encontré extraordinario que los universitarios acá en Rostock puedan comer tan bien, y a muy bajo precio, muy contrario a mi caso; recuerdo mi época de estudiante en la Universidad, a menudo llevaba de colación un sándwich que consistía en un pan con aceite y una botella que llenaba con agua de la llave (eran tiempos económicamente malos, llevaba poleras  rotas, con olor a desodorante “axe” y manchadas con aceite y transpiración, bueno, en realidad hasta el día de hoy suelo usar poleras con ese „estilo“).

En fin, volviendo a la “Mensa”; debido a mis facciones exóticas, en todo momento sentí que la gente me observaba un poquito. Lo más probable es que hayan pensado: „Wow, miren! Un chimpancé comiendo con tenedor!!!“, sin embargo prefiero pensar que me observaban por mis pectorales definidos , pestañas sexy y mi sonrisa cautivadora.




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